Problemas emocionales: si estás experimentando sentimientos abrumadores tristeza sin motivo, preocupación, ira, desconcentración, pérdida de memoria, sentimientos de culpa injustificados, nerviosismo, sensación de que algo catastrófico puede ocurrir (sin causa aparente), insomnio, activaciones fisiológicas relacionadas con el pánico (“ataques de pánico”).

Crisis: situaciones que requieren readaptarse a nuevas condiciones de vida, como separaciones matrimoniales, pérdida de un ser querido, cambios de trabajo, ciudad, etc, que no puedan ser manejados con los recursos emocionales habituales.

Problemas de relación: si estás teniendo dificultades en tus relaciones interpersonales, ya sea en tu relación de pareja, con los hijos, amigos o familiares, ver las cosas desde otro punto de vista puede ayudarte a encontrar maneras de comunicarte mejor y resolver los conflictos de manera más efectiva.

Problemas de conducta: si estás lidiando con comportamientos problemáticos como adicciones, comportamiento agresivo, o cualquier otro comportamiento que sientas que estás perdiendo el control, puedes entender por qué estás teniendo estos problemas y tener un apoyo que te fortalezca al tomar desiciones y mantenerlas.

Somatizaciones que no tienen causa médica de base, tales como: cefaleas, mialgias, dolores tensionales, gastrointestinales, alopecias, algunas dermatitis,úlceras.

Problemas de Salud Mental diagnósticados (estabilizados): depresión posparto, depresion severa, bipolaridad, trastorno de personalidad, cuadros psicóticos.

Estos son algunos ejemplos de motivos de consulta frecuentes, que pueden tener remisión espontánea en algunos casos, dependiendo la severidad y red de apoyo de cada uno. Si no es factible la recuperación, se recomienda consultar a un especialista ya que en general los cuadros no tratados tienden a cronificarse, presentar mayor severidad en la sintomatología (ej. Ideación suicida), perpetuar relaciones interpersonales disfuncionales (que generan mayor psicopatología), incluso desarrollar rasgos de personalidad acorde con las dificultades emocionales (en adolescentes especialmente), de las que se hace mucho más difícil de resolver posteriormente.

¿Cuál es la diferencia entre psicólogo y psiquiatra?

La principal diferencia entre un psicólogo y un psiquiatra es su formación y su enfoque al abordar el motivo de consulta. Un psicólogo clínico es un profesional de la salud mental con una formación en terapia. Los psicólogos trabajan con personas para ayudarlas a comprender y manejar sus problemas emocionales y conductuales a través de terapia individual, terapia de pareja, terapia familiar, terapia de grupo, etc. Los psicólogos no pueden recetar medicamentos, pero pueden trabajar en estrecha colaboración con los psiquiatras para ayudar a las personas a abordar sus problemas de salud mental de manera integral. Por otro lado, un psiquiatra es un médico especializado en el tratamiento de enfermedades mentales. A diferencia de los psicólogos, los psiquiatras pueden recetar medicamentos y pueden utilizar terapias complementarias como la terapia cognitivo-conductual (TCC), etc. Los psiquiatras suelen tratar a personas con problemas de salud mental más graves o complejos, como trastornos psicóticos o trastornos del estado de ánimo de mayor severidad.

¿Debo consultar a psiquiatra o psicólogo?

En general, una persona debería consultar a un psiquiatra si presenta síntomas que perturban considerablemente el desempeño en diferentes áreas de la vida, por lo que sugieren una evaluación médica, ya sea para un diagnóstico y/o tratamiento. Algunos ejemplos de síntomas que pueden requerir una evaluación psiquiátrica por la severidad que implican, incluyen cambios de humor significativos e incontrolables, pensamientos o comportamientos suicidas, problemas de sueño, problemas de apetito o pérdida o aumento significativo de peso, delirios o alucinaciones, y síntomas físicos inexplicables. Por otra parte, se debería consultar a psicólogo frente a dificultades emocionales o de comportamiento que afectan la calidad de vida y no parecen estar relacionadas con una enfermedad física. Si los síntomas parecen estar relacionados con problemas emocionales, existenciales o de comportamiento, la persona debería buscar ayuda de un psicólogo. Los psicólogos son expertos en el diagnóstico y tratamiento de trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión, el trastorno de estrés postraumático, entre otros. Sin embargo, es relevante destacar que a menudo hay una superposición entre los síntomas y las condiciones que pueden tratar tanto psiquiatras como psicólogos.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE UNA PSICOTERAPIA?

La psicoterapia sola o en combinación con psicofármacos constituye el tratamiento de primera elección de un buen número de trastornos mentales, un elemento coadyuvante en el tratamiento de otros y un instrumento útil de intervención en otra serie de problemas relacionados con la salud. Según la evidencia, su efectividad en los trastornos mentales más prevalentes es AL MENOS similar al tratamiento farmacológico. Pero además, la psicoterapia presenta las siguientes ventajas: • Sus beneficios tienden a mantenerse a lo largo del tiempo tras finalizar el tratamiento, • Disminuye el riesgo de recaídas (especialmente en trastornos de ansiedad y depresión) debido a que se refuerzan conductas adaptativas que favorecen las relaciones sociales, autoconocimiento, capacidad de reflexión, entre otros. • Resulta más eficiente para la administración a largo plazo (menor coste económico) supone un menor riesgo para la salud de las personas y los consultantes muchas veces la prefieren antes que la opción farmacológica. • Por todo lo anterior, la psicoterapia, en sus modalidades individual, familiar y grupal, está validada y se recomienda como tratamiento frente a trastornos de salud mental o dificultades..

¿Qué es el stress?¿por qué nos estresamos?

El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que se perciben como amenazantes o desafiantes. Esta respuesta es una adaptación evolutiva que nos permite reaccionar rápidamente ante situaciones de peligro y sobrevivir. Sin embargo, en la sociedad moderna, el estrés también puede ser desencadenado por situaciones cotidianas como el trabajo, las relaciones personales, las finanzas, la salud y otros factores percibidos como situaciones difíciles de superar o frente a las que el sujeto no se siente capaz ni preparado para enfrentarlas. Cuando el cuerpo está expuesto a un estrés prolongado o crónico, puede afectar en la salud física, por ejemplo: el sistema inmunológico provoca un aumento de los procesos inflamatorios, o aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. A nivel de salud mental, puede llevar a problemas de ansiedad y depresión.